martes, noviembre 13, 2007

Cuestión de suerte

 

Marco es un hombre de aspecto alegre, todas las mañanas despierta y desayuna un café con leche con tostadas de mantequilla y un zumo de naranja. Hoy Marco no trabaja, recoge el periódico del buzón y ojea los titulares sentado en la mesa que tiene junto al balcón. Se descalza para estar más cómodo y espera a que el sol llene la estancia antes de decidir que el día acaba de empezar. Hoy Marco no trabaja porque pidió el día libre, decide que lo pasará en casa, sin salir, sin hablar con nadie, sin hacer nada. No quiere tener ningún tipo de contacto con el mundo exterior, está harto y no quiere volver a rememorar los hechos del pasado. Está intranquilo, recoge torpemente la cocina y en un giro para coger el cubo de fregar tropieza y cae de espaldas golpeándose la cabeza en el banco de la cocina y girándose el cuello de manera trágica.

 

Recupera el conocimiento, está tendido de costado, ve el cubo de fregar volcado y el agua derramada, ve el espejo de la entrada pero no puede ver más allá porque no se puede mover.

Y entonces se da cuenta que nadie le echará en falta hasta mañana y piensa que ha tenido mala suerte.

 

Durante las 7 horas siguientes permanecerá tumbado, despierto, pensando, en ocasiones soñando y después morirá, pero antes le habrá dado tiempo a recordar como en sus doce anteriores martes y trece fue perdiendo toda su vida poco a poco, accidentes de tráfico que se llevaron su familia, sus trabajos, sus amigos, etc...

Quiso detener la mala suerte pero el destino le reservaba el treceavo martes y trece para él mismo.

3 comentarios:

Murgan dijo...

Jo... Hasta que supe de este Marco tuyo y su caida fatal, pensé que desde hoy el martes y trece era un día especialmente bueno.
Hoy me llamaron para que fuera a recoger el bolso que me robaron en julio, en la cola de Women'secret. Todo recuperado excepto un usb de 4gb (lo curioso es que sí me devuelven uno de 1gb -borrado por completo- y las llaves del coche). Raro, cuando menos... Además logré desprenderme por fin del carrito gemelar que vivía ya dos años tras la puerta del recibidor. ¡Que lo disfruten con salud -y paciencia en la crianza-! No todo rueda a mi alrededor, pero tampoco fue tan fiero el león como quisieron pintarlo estas viejas pellejas, pendencieras y supersticiosas que a veces nos susurran al oído.

Espero que tu martes fuera dulce y peleón. ¡Beso, Jorge!

Anónimo dijo...

menos mal que dejamos las historias negras para la ficción y la realidad ha sido mejor. Mi dia tampoco estuvo mal para ser un martes cualquiera.

tu comentario me recordó un chiste:
¿cual es el animal mas fiero de la selva?

El lopintan, porque no es tán fiero el león como lopintan...

aseguro que contado con 4 cervezas te puedes reir mucho

Anónimo dijo...

Yo me he reido y solo estoy tomando el te del almuerzo :-p

Juanvi