Me despierto. Apenas puedo abrir los ojos, busco a tientas las zapatillas de esparto, me incorporo y me dirijo a oscuras hacia la pared. Aun es de noche y no se ve apenas. Toco la pared, deslizo mi mano hasta el interruptor y lo activo, en el momento en que se enciende la luz mis ojos se cierran. Bajo las escaleras hasta el piso de abajo y vuelvo de nuevo a imaginarme la disposicion de los muebles para poder andar en la oscuridad. Después de pasar por el baño y remojarme la cara me siento en la cocina. No puedo desayunar pero tengo que hacerlo, abro la nevera, lleno un vaso de leche, nescafe, azucar y un puñado de cereales.
Pongo la tele, Grecia se quema, Castellón también, quito la tele.
Enchufo el portatil y pongo musica, suena No puedo estar sin ti de Los ronaldos.
Cada año uno tiene su canción del verano, esa canción que cuando la oyes te hace pasar por la cabeza un sinfin de imagenes y no puedes evitar sonreir. Esta es la mia de este verano.
Llevas años enredada en mis manos, en mi pelo, en mi cabeza, y no puedo más, no puedo más. Debería estar cansado de tus manos, de tu pelo, de tus rarezas, pero quiero más, yo quiero más.
1 comentario:
a la camarera de Viljandi, si alguna vez lees esto (y lo entiendes) no te sonrojes.
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