domingo, junio 11, 2006

La soledad de la barca olvidada

Los primeros en llegar no hablan español y según se acercan a la orilla van marcando sus pasos en la arena virgen, crema, leche solar y cuatro mil ungüentos más les acompañan.

A medio dia empiezan a llegar los de aquí, los que llevan el bocadillo, la fiambrera con ensaladilla rusa y tortilla de patatas, los que traen con ellos palas, rastrillos, cubos, colchonetas, sombrillas,... cuando acaban de montar el campamento ya es hora de comer y aún no han entrado en el agua y serán los primeros en irse.

Por la tarde hay más silencio, algunos duermen la siesta, otros juegan a cartas y otros emulan a Nadal en pista de tierra batida de verdad.
Los que llevaban la nevera llena de cerveza parece que se hunden cada vez más en la arena, en breve se convertirán en arenas movidizas para ellos.

Al caer la tarde los bañistas se van y aparecen los buscadores de tesoros con sus maquinas detectamonedasperdidas.

Y ya bien entrada la noche sólo se ven parejas paseando, mirando el mar o queriéndose mucho, mucho,...

Aún no ha amanecido y llegan los primeros pescadores de inmensa paciencia y algún visitante que quiere ver por primera vez el amanecer en el mar.

Y en breve, volverán a aparecer, bajando a la arena los primeros bañistas.

(desde la 5ª planta de la Fe casi se puede ver la playa)

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