Tenia 7 años y Paula se encontraba llorando en medio del patio porque su madre se habia olvidado ponerle el bocadillo del almuerzo, cuando llegó a su pupitre encontró una hoja de libreta mal garabateada en la que se podia leer "No llores nunca más" y a su lado, medio bocadillo.
A los 15 años el chico que le gustaba le devolvió la sonrisa y ella sintió que las piernas le temblaban por primera vez.
Hacia 10 años que no veia a su padre, el dia de su boda, a los 28 años, cuando iba a entrar en la iglesia un brazo fuerte le cogio del brazo y le llevó hasta el altar, hacia 10 años que no se sentía tan arropada.
Salió del juzgado un martes lluvioso, paró un taxi y nada más sentarse le indicó al conductor la dirección de su nuevo piso. Mirando pasar la ciudad por la ventanilla tomó el valor para abrir la carta que llevaba en el bolso, era una carta de libertad, quedaba libre de su exmarido y de la persona que le habia amargado los ultimos 8 años de su vida, eso si, en todos esos años no lloró nunca.
Y nunca más lloraría ni reiría porque a los 5 dias su exmarido hizo valer su propia justicia.
Hoy martes sale en las noticias un cura que se pronuncia a favor de los agresores de la llamada violencia doméstica. lamentable
1 comentario:
Tu texto precioso, conmovedor y duro,
El articulo... una verguenza: cuando lo leí ayer me lo guarde en el correo para tirarselo a la cara a alguien en la proxima manifestacion pro-familia
Juanvi (firmo con mi nombre al ser una opinion personal y por supuesto discutible)
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