Cuenta una leyenda que un rey, harto de soportar la presión de su pueblo por el pago de impuestos, decidiose a buscar al sabio de la corte, el cual le aconsejó que debía de conseguir que el pueblo se ilusionase a la hora de pagar los impuestos. El rey soltó una carcajada al oir tal insensatez, pero como se fiaba de su sabio decidió escucharle.
Haciendose cargo de los problemas que tenia la plebe, el rey, aconsejado por el sabio, declaró un concurso que consistiria en saciar las mayores necesidades del pueblo a un precio razonable (comida en abundancia y tierras), obviamente no todos podrían gozar de los beneficios. De esta forma, otorgando bienes a quien no los tenia e ilusionando a aquellos que por alguna vez pensaron que podrian ser los premiados consiguió enriquecerse año tras año sin que su querido pueblo se diera cuenta.
y el sabio se convirtió en ministro de hacienda y la corte en gobierno, y el rey... pues sigue siendo rey pero ya pinta poco...
yo hoy he donado 200 euros al estado y no me ha tocado el gordo.mierda!!!
1 comentario:
Me ha gustado... pero las letras pasan demasiado rápido.... y sonríe un poco, que pareces una aparición.
Besos
Publicar un comentario