He vuelto. Ya echaba de menos sentarme cara a la pantalla, pensar en algo y escribirlo. Supongo que es una manera como cualquier otra de expresar los sentimientos aunque sea un poco rollo 1984...
Tardé en escribir por circunstancias, ayer volví a casa pasadas las 9 y lo primero que vi fue en el portal de casa un coche de urgencias. Mierda, pienso. Me quedo mirando al conductor como esperando que me dijera, tranquilo no vamos a tu casa. Entro en el patio con la duda presente, llamo a ascensor y la espera se hace interminable lo que confirma las sospechas porque viene del último piso.
Llego al rellano, por la mirilla de la puerta veo que la luz del recibidor que siempre está apagada está encendida. Entro. El médico está allí.
Mi abuelo no puede respirar bien, le ponen oxígeno y llega la ambulancia. Todos al hospital y a sufrir las esperas interminables.
Al final el ingreso es inevitable pero hoy todo se ve de otro color, vuelve a respirar, a hablar con las enfermeras y a reirse.
Aun quedan muchos barcos de madera por construir.
1 comentario:
Joer, y ahora ¿ué vamos a pensar cada vez que tardes en actualizar? :-s
Juanvi
Publicar un comentario