miércoles, diciembre 26, 2007

Navidad, navidad...

-Disculpe, ¿sólo una preguntita?

3 horas después...

Lo sé, no debería haberlo matado pero verá señor juez, que la culpa no es mía, que es la sociedad, la sociedad es la culpable...

Salí paseando de casa a eso de las seis y media una vez acabada mi jornada laboral, caminé hasta el centro observando las gentes, las luces decorativas y los escaparates comerciales. Llegué a la tienda de disfraces a las 19 horas, allí empezó todo, en uno de los pasillos me vi atrapado entre pelucas de hippy y bigotes de groucho junto con una marea gente que iba y venía que impedía cualquier movimiento, entendí que ese no era sitio para mi y huí, sin comprar aquello que buscaba.

Entré en la fnac pasadas las siete y cuarto, allí mi desilusión, puesto que el ambiente era peor que en el anterior sitio, gente hacia aquí, gente hacia allá, gente con pausa, gente con prisas, gente parada, gente que cambia de dirección sin poner el intermitente, colas en la caja, colas en información, colas en el baño, me paro en el pasillo y se monta una cola.

Deprimente, de repente me veo atrapado en el pasillo de los cartuchos de tinta entre un carro con su correspondiente madre por la izquierda, una pareja que intenta pasar sin conseguirlo por la derecha, por el centro el dependiente que quiere irse a casa y de repente, por detrás aparece un hombrecillo con voz singular que intenta abordar al dependiente...

-Disculpe, ¿sólo una preguntita?

Lo tuve que matar, para ello use el arma más apropiada a aquel joven, un cable paralelo.

 

Menos mal que lo pensé mejor, di la vuelta y salí por la puerta inmediatamente, sin mirar, sin comprar.

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