Cuento nº2

En el número 4

Paula se levantará como cada mañana con los ojos entornados y con la desorientación de no saber muy bien donde está. Tomará su desayuno express de café con leche y se vestirá con la ropa premeditadamente dispuesta desde la noche anterior. Saldrá a la calle y se dirigirá al metro para acudir a su trabajo. Ya en el metro se sentirá más despierta, recorrerá los interminables enlaces escuchando música de jazz y melodías de guitarras oxidadas, se subirá al número 4 y tomará asiento mirando hacia delante y esperará a que se abra la puerta y aparezca su ángel de la mañana… y le mirará y le sonreirá, él le devolverá la sonrisa y se acercará a ella.

Nicolás se habrá levantado mucho antes, habrá desayunado su zumo de naranja y su tostada con aceite y sal, meticulosamente habrá ordenado su habitación antes de abandonarla, habrá cogido las llaves y con una última mirada de complicidad con el espejo, habrá dejado su casa. En el trayecto al trabajo pensará en su vida solitaria, en todo lo que quedó atrás y en lo incierto que queda delante, y entrando en el metro esperará volver a verla un día más en el mismo vagón. Estará delante de ella, se acercará con una sonrisa y le extenderá su mano, entonces, como cada mañana, el encuentro esperado se cumplirá:

- ¿El billete, por favor?
- Toma
- Gracias, que tengas un buen día.
- Espero que tú también.