5 segundos
No quiero mirar...
(1)
Mis amigos, cerveza, nos reímos. Somos los campeones del bar. Me encanta este recuerdo, ojalá lo hubiera tenido antes. Él está aquí, siempre ha estado. Estuvo en el crack del 98, no hizo falta que se lo pidiera, me dio el empujón que necesitaba para levantarme. Siempre necesité de él y nunca él de mi o por lo menos eso pensaba yo.
(2)
Padre y madre. Están borrosos. No llegaron a verme conducir el segundo coche, el bueno, el grande y reluciente. Me cuidaron bien, quizás demasiado. No me enseñaron a volar solo y ahora ya es demasiado tarde. Sólo quiero volar.
(3)
Tengo 15 años y estoy sentado en un banco con Lucía, yo le canto una canción, me coge de la mano, sus pupilas se engrandecen, nos queremos mucho. Lucia fue mi amor, mi vida y yo fui lo mismo para ella. La dejé.
Lloró ella y lloré yo.
(4)
Russel escribió una vez que el estado de embriaguez era como un suicidio temporal. No recuerdo las veces que me suicidé pero cada una de ellas sirvió para quitarme algo de mi vida, mi familia, Lucia, mis amigos, Lucia...
(5)
Parecen interminables los segundos en estas situaciones. “Aprovechar el tiempo”, tan fácil de decir como de olvidar.
Esta ha sido mi última copa.
Iglesia de Notre Damme (Brujas). 122 metros de altura o lo que es lo mismo, cinco segundos.
1 comentario:
Muy efectista. No sé si lo llamaría cuento, pero es un "escrito" interesante.
Publicar un comentario