Ya hemos dejado Bergen, al final no encontramos donde era el torneo de Catan asi que nos dedicamos a probar las diversas formas que tienen de preparar el Salmon. Por fin ha salido el sol, un sol que quema. Nos encontramos comiendo en la terraza del albergue de Balestrand a pie del fiordo mæas grande del mundo, a lo lejos se ven las montanyas nevadas y todo esto es idilico, la tranquilidad se respira en el ambiente. Noruega es otra historia, el cafe con leche de la manyana nos ha costado 5 euros y de momento toda la cerveza que bebemos es del supermercado porque en los pubs o bares alcanza los nueve euros.
Acabamos de comer un bocadillo de txistorra que traiamos de Valencia, estos Noruegos no saben lo que se pierden...
Aqui, desde la terraza del albergue no existe el estres.
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